LAS LENGUAS EN EL MUNDO
UN MUNDO PLURILINGÜE
Es fácil comprobar que no hay correspondencias entre las fronteras políticas de los estados y las fronteras geográficas de las diferentes lenguas. El caso de España- un estado y cinco lenguas (incluyendo el aranés)- no es un fenómeno aislado.
Por otra parte, una misma lengua, vinculada a un determinado pueblo, puede ser empleada por otro situado en una zona geográfica alejada del primero. Por ejemplo, el inglés, originario de Gran Bretaña, se habla también en Estados Unidos.
A través de los siglos las lenguas han ido sufriendo cambios: unas han desaparecido de su práctica hablada (como el latín); otras, de limitado órigen territorial, han extendido sus fronteras (como el toscano, convertido en la lengua oficial de Italia).
Pero como nosotras, nos centramos en las lenguas de américa tenemos que decir: que la situación lingüística actual de América está determinada en gran parte por la colonización europea. En líneas generales pueden considerarse dos grandes zonas: la parte norte del continente más sus islas atlánticas, que es la más variada lingüísticamente, ya que allí se hablan sobre todo el inglés, el español y el francés; y la parte central y sur del continente con claro dominio del español y el portugués.
Sin embargo, pese a la importancia de las lenguas anteriores, quedan restos lingüísticos de los antiguos habitantes de América, sobre todo en las zona central y meridianos del continente. Estos restos lingüísticos pueden agruparse en tres lenguas:
- Grupo norteamericano,
- Grupo mexica-huatelmateco,
- Grupo centro y sudamericano( con inclusion de las lenguas antillanas).
La colonización hispana en regiones de altas culturas y elevada densidad demográfica explica la mayor variedad lingüística en el centro y sur de América. De norte a sur, en el primer grupo se halla la familia esquimo-aleutiana ( Groenlandia, norte de Canadá y Alaska), la algonquina-mosán, la hoka-siux y la penutiana, estas últimas en reducidas zonas de Estados Unidos.
La denominada familia uto-azteca, perteneciente al grupo mexica-guatemalteco, engloba un conjunto diverso de lenguas que se extienden por el sur de Estados Unidos, México (azteca o náhuatl) y Guatemala y Honduras.
En la parte sur del continente existe una gran variedad de antiguas lenguas, entre las que sobresale el tupí-guaraní, lengua cooficial con el español en el Paraguay; el quechua, hablado en Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia, el aymará, repartido por los territorios andinos de Bolivia y Perú, y el araucano o mapuche, en tierras de Chile.
EL ESPAÑOL DE AMERICA
Con los primeros viajes de Colón se inició ya lo que, con el tiempo, sería la hispanización lingüística de América.
El español de América-al igual que el de España- se ha visto condicionado por diversas circunstancias históricas entre las que destacan las siguientes:
-La colonización española, realizada a través de una larga época por gentes de variada procedencia y desigual cultura.
-La influencia de las lenguas indígenas (en el momento del descubrimiento existían más de cien familias), favorecidas por la iglesia por razones misioneras y amparadas por el poder real hasta 1770. En tiempos de Carlos III, el castellano fue impuesto como instrumento de evangelización y medio de unificación cultural, comercial y administrativa, aunque el proceso más profundo de hispanización lingüística se produjo a raíz de la independencia americana, en el siglo XIX.
-Las importantes migraciones de hablantes no castellanos (africanos, italianos, franceses, británicos, etc..), que, con todo, no han alterado la unidad de la lengua.
Son rasgos característicos del español de América, entre otros, el seseo (o pronunciación de la c y la z como s), el yeismo (o pronunciación de la ll como y), la aspiración de la h procedente de una f inicial latina (fablar por hablar) y la confusión de r por l y viceversa (calne por carne, sordao por soldado). Entre los caracteres morfológicos hay que destacar el voseo, que consiste en la utilización de la forma vos en vez de tú o ti (vos tenés por tú tienes). Este fenómeno se encuentra bastante extendido por toda América, pero su utilización está generalizada en Argentina, Paraguay, Uruguay, América Central y parte de México.
En cuanto al léxico, hay también algunas diferencias, ya que el español de América conserva arcaísmos (o palabras antiguas, desusadas en España: pollera por falda, usual en Argentina), impone extranjerismos (rentar por alquilar, del inglés to rent) o crea nuevas denominaciones (balacear por disparar con un arma de fuego) utilizada frecuentemente en México. El somero análisis sintáctico del español de América pone de relieve también algunas diferencias en este campo:diferente uso de las preposiciones (caer a la cama por enfermar), desaparición casi total de la pasiva normal, leísmo (le quiero a Carlos, por lo quiero a Carlos), etc..
De la anterior descripción cabe deducir que el español de América tiene algunas características que lo diferencian del peninsular, pero esas diferencias no suponen un serio peligro para la unidad del idioma.